Trufa negra
Trufa negra, el manjar más codiciado. Su potente aroma y su intenso sabor la han convertido en el diamante de la alta cocina.
Existen unas setenta especies en el mundo. Muchos cocineros rinden tributo a la trufa de invierno.
Es muy apreciada en la gastronomía por su aroma y es de gran valor económico. Se trata de un hongo que se encuentra bajo el suelo y que posee un aspecto exterior oscuro tirando a negro, de superficie verrugosa.
Enrique Medina, en su restaurante valenciano Apicius, levantó el telón del 2019 con un menú volcado en este fruto silvestre que arranca con unos «snacks» de trufa negra; sopa de trufa; alcachofas, gambas blancas y trufa; cochinillo, col a la llama y trufa, y cierra con un postre que combina nuestro fruto con la manzana. En L’Escaleta de Alicante no se pierdan el tuétano con col fermentada, miel de colinabo y trufa negra ni la sopa de cebolla de Fuentes de Ebro con trufa negra de Casa Hermanos Torres en Barcelona es excepcional. El ravioli de rabo de ternera con trufa negra de Relais & Châteaux Molino de Alcuneza es una estupenda opción culinaria. Ejemplo de la trufa soriana es la ensalada de alcachofas trufadas, espárragos y frutos secos, de Baluarte. En el Foro, el cuarto vuelco del cocido comido en cinco del nuevo restaurante de Juanjo López Bedmar, La Cocina de Frente, es de reverencia; se trata de un tuétano cocinado en el caldo tan sólo un minuto que se sirve dispuesto en una fina tostada de pan de masa madre coronado con unas láminas de trufa negra. El ragout de bogavante con trufa negra de Horcher no se puede perder, como tampoco el steak tartar con trufa de Treze o la riquísima yema de cortijo con puntilla de Sanlúcar y trufa negra de Surtopía.